LA RESPIRACIÓN
CONSCIENTE
Es cierto que en
nuestra vida cotidiana respiramos, pero no lo es menos que solemos olvidarnos
de la respiración. El fundamento de la práctica de la atención plena consiste
en llevar la atención a la inspiración y la espiración, lo que se conoce como
respiración consciente o atención plena a la respiración. Y, por más que se
trate de algo muy sencillo, su efecto puede ser muy importante. En la vida
cotidiana, nuestro cuerpo suele estar en un lugar y nuestra mente en otro. La
atención a la inspiración y a la espiración restablece el contacto entre
nuestra mente y nuestro cuerpo y nos permite estar súbitamente de nuevo aquí y
ahora, completamente presentes.
Respirar de forma
consciente es como beber un vaso de agua fría. Al inspirar, sentimos cómo el
aire fresco penetra en nuestros pulmones. Y no es necesario, para ello,
controlar la respiración. Basta con sentirla tal cual es, sin importar que sea
larga o corta, superficial o profunda. La respiración consciente es la clave
para reunificar cuerpo y mente y llevar la energía de la atención plena a cada
instante de tu vida.
Independientemente de
cuál sea nuestro clima interno, es decir, independientemente de cuáles sean
nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras percepciones, la
respiración siempre está, como el más fiel de los amigos, con nosotros. Y
siempre podemos, en consecuencia, por más desbordados que nos veamos por los
sentimientos, arrastrados por las emociones o atrapados en los recuerdos del
pasado o las expectativas del futuro, volver a la respiración para reunificar y
anclar nuestra mente.
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