sábado, 26 de marzo de 2022

MEMORIA Y RECUERDOS DE SANTA MARÍA DEL CERRO Y PASTELERO

 

Hace mucho tiempo que llevaba rondando en mis pensamientos la idea de plasmar en un libro la historia del barrio que me vio nacer: Santa María del Cerro y Pastelero.

Estos barrios tienen un encanto especial en su gente, en la que fue su escuela rural, su feria y Semana Santa que año tras año se organizan, también nos encontramos con la Asociación Cultural Villa del Torcal en Santa María del Cerro, formada por un grupo de verdiales, pastores y un coro rociero.

Por todo el arte que desprenden estas barriadas merece la pena realizar este proyecto para que quede constancia a lo largo de los años de su existencia y poderío, por ello he llevado a cabo este proyecto con una gran ilusión. Espero que sea del agrado de todos los lectores/as.

Para la realización de este libro he contado con la ayuda de numerosas personas que han aportado sus experiencias y anécdotas. Quiero agradecerles desde aquí su colaboración. Gracias a todos/as.

María Domínguez Trujillo

 

 

 

 

 

 


INTRODUCCION

 

 

La primera vez que estuve en El Cerro fue en el verano del 2003. Iba acompañado de mis hijos Miguel Ángel y José Luis y de Rayco, un amigo de ambos, con la intención de visitar a mi hermana Salomé, religiosa dominicana, que desarrollaba una labor docente con sus compañeras Petri y Begoña, además de Pepe Carvajal y otros maestros, en la escuela rural de la barriada perteneciente a la Fundación Diocesana “Santa María de la Victoria”.

Al amanecer del día siguiente, ya que habíamos llegado de noche, contemplamos admirados la belleza y majestuosidad de los campos del Cerro. Después del desayuno, mi hermana se ofreció a servirnos de guía o “cicerone” presentándonos a don José y a su esposa doña María e hijos, a Pepita Martín, que nos llevó en su coche a Villanueva de la Concepción, a doña Paca y a su hija María del Carmen de la Panadería, a los hermanos Moreno del Bar y a otros vecinos del entorno de la escuela, quedando gratamente impresionados de su amabilidad, bondad y generosidad.

Por la tarde, después de pasar por la barriada de Pastelero y Villanueva de la Concepción nos sorprendió al mostrarnos El Torcal, un paisaje digno de visitar por la grandiosidad y formaciones diferentes de las innumerables rocas allí existentes.

También hicimos un alto en el camino para refrescar nuestras gargantas en la fuente “Pila de Cobos” que está si no recuerdo mal, a mitad de camino entre Villanueva de la Concepción y El Torcal.

Tuvimos tiempo para visitar Almogía, “La Bonita” como la llamaron los árabes. Asentada en una ladera por la que se derrama la blancura de sus casas, con sus calles estrechas y recoletas para que no queme el sol del verano, para hablar secretos de balcón a balcón, con sus típicos rincones de añejo sabor morisco y la belleza de sus paisajes.

 

Almogía “Cuna de verdiales” como lo afirma la copla;

 

 

De verdiblanca alegría,

Fiesta de los verdiales,

De verdiblanca alegría,

Con malagueños modales,

Lleva el nombre de Almogía

Que pa eso fue tu mare.

 

 

 

Por la noche se celebró en una de las aulas de la escuela, una reunión de la Asociación de Vecinos “El Cerro Pastelero” en la que participó un nutrido grupo de vecinos, la mayoría jóvenes, destacando la coordinadora de este magnífico libro Mary Domínguez Trujillo, joven dinámica y generosa donde las haya, con unas inquietudes socio/culturales realmente encomiables y capaz de mover voluntades en pro del desarrollo pleno de los 375 habitantes con que cuenta el Cerro y Pastelero.

 

 

 

Espero desde mi isla de Tenerife, que la ganadería caprina, la quesería y la empresa de construcción de El Cerro y las ventas de Pastelero y la panadería Nuestra Señora del Carmen de la barriada Pastelero, así como los productos del campo; almendros, aceitunas, cereales y legumbres adquieran un desarrollo de tal magnitud que cambien al cien por cien la calidad de vida de todos y cada uno de sus habitantes.

 

Abrigo la esperanza de que este libro sirva para unir cada día más a los vecinos, para luchar por unos objetivos socio/culturales, para que todos los niños de la barriada asistan asiduamente a la escuela, para que el sacerdote conviva más a menudo con sus feligreses para que la administración más cercana a los contribuyentes, como es el Ayuntamiento , se desviva cada día más por una mayor calidad de vida y para apoyar a la Asociación de Vecinos y las iniciativas de jóvenes generosos y altruistas, como la que ha tenido la feliz idea de llevar a término la edición de esta magnífica obra, que servirá de consulta, ejemplo y acicate a futuras generaciones.

 

No puedo terminar sin agradecer sinceramente el trato tan amable, la buena disposición y la excelente acogida de que fui objeto en mis visitas a vuestra Barriada y a Mary por haberme invitado a participar, como un vecino más, en la presente edición.

 

 

 

Desde La Perdoma-Tenerife

 1 de febrero de 2009-02-01

E. Luis Hernández Melo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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