LAS EMOCIONES Y LOS TRASTORNOS MENTALES. INTELIGENCIA
EMOCIONAL.
·
Y siempre una cosa que me ayuda en mis crisis es
PENSAR QUE YO NO SOY MIS EMOCIONES, yo no soy el monstruo que estoy pensando,
yo no soy mala, yo no quiero hacer lo que dicen mis emociones… eso me ayuda
mucho, no identificarme con ellas, con los pensamientos que te producen estas
crisis horribles.
Ahora y aprovechando esta técnica que yo utilizo para
mis crisis repetir a modo de mantras YO NO SOY MIS EMOCIONES, voy a
hablar un poco en lo que me ha ayudado a mí la Inteligencia Emocional:
1. Primero definir
qué es la Inteligencia Emocional: es la capacidad
que tenemos de gestionar, comprender o manejar nuestras propias emociones. Lo
que ayuda a tener mejor calidad de vida
y mejor calidad en las relaciones que tenemos.
Daniel
Goleman. Según éste, “la inteligencia emocional es una forma de interactuar con
el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales
como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el
entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental. Estas
características configuran rasgos de carácter tales como la autodisciplina, la
compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa
adaptación social”.
EMOCIÓN MÁS PENSAMIENTO IGUAL SENTIMIENTO
(resultados)
SENTIMIENTO DIFERENTE DE EMOCIÓN
Las emociones tienen
una intensidad mayor que los sentimientos. ... Por tanto, la
principal diferencia entre emoción y sentimiento es
su duración, su intensidad, mucho más corta y más intensa en el caso de
la emoción, y que esta última, es una reacción automática de nuestro
cuerpo.
“Llevar la razón, o por el contrario, ser feliz, sólo
está en tu mano.”
Tendríamos que mirar un poco también las Teorías de
Inteligencia Múltiples de Howar Garned.
2. Claves para
desarrollar la Inteligencia Emocional:
Autoconciencia
Consciencia
Autoanálisis
Autocontrol
Empatía
Automotivación
La Inteligencia Emocional nos ayuda a controlar mejor
nuestro estado de ánimo, a salir más rápidamente de las espirales destructivas,
a mejorar nuestra relación con nosotros mismos, y por tanto con los demás. Bien
trabajada, nos permitirá ver las cosas de forma más positiva y sobre todo no
hay que olvidad que las personas con una mayor capacidad de gestionar sus
emociones tienen más oportunidades y más éxito tanto a nivel personal como
profesional.
3. Existen cuatro
emociones básicas:
Enfado
Miedo
Alegría
Tristeza
La verdadera Inteligencia Emocional requiere que
identifiques y entiendas tus propios
estados de ánimo. Implica reconocer cuándo y por qué estás enfadado, nervioso o
triste, y actuar sobre las causas y no sólo los síntomas.
En aquellas ocasiones en las que te diriges hacia un
estado emocional negativo te pueden servir estas técnicas para detener o frenar
la reacción:
·
Intenta recordar tus virtudes y éxitos.
·
Distrae tú atención hacia un asunto concreto.
·
Piensa en tu futuro más inmediato.
·
Escribe un diario de tus emociones.
·
Tómate un respiro para recuperar el autocontrol
·
Cuándo todo falle, busca un espejó: mírate y repite TÚ
PUEDES
·
Y lo más importante encuentra el motivo de tus
emociones.
·
……
4. ¿Cómo se
desarrolla la Inteligencia Emocional?
El primer paso para desarrollar la Inteligencia
Emocional es aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos para luego
comprender de dónde provienen y poder controlarlos.
Además la Inteligencia Emocional también implica saber
relacionarse con los demás, fundamentalmente a través de la empatía.
El camino al éxito, está formado por información,
acción y perseverancia cada paso, por pequeño que sea te acerca a la meta.
LO VAS A CONSEGUIR ÁNIMO
Reconocer nuestros sentimientos es el primer paso para nuestro bienestar y felicidad.
Sólo reconociéndolas, podemos controlarlas, manejarlas
y solucionar la situación que los está
provocando:
IDENTIFICA TUS EMOCIONES
PARA QUE NO TE MANEJEN
5. ¿Cómo gestionar
la Inteligencia Emocional?
Ser inteligente emocionalmente significa vivir siendo
consciente de tus emociones entenderlas, aceptarlas y saber qué me están
diciendo para saber cómo manejarlas en
cada momento.
Cuanto más conscientes seamos de nuestro cuerpo, de
nuestros pensamientos, de las emociones que nos generan esos pensamientos y de
cómo eso nos influye en nuestro cuerpo, en nuestro carácter, en nuestras
relaciones con nosotros mismos, en nuestra autoestima, mejor sabremos qué
darnos exactamente y cuándo, para gestionar de la mejor forma todo ello.
El primer paso para aprender a controlar y gestionar
tus emociones es CONOCERLAS:
Dedícale el tiempo que necesites a identificarlas y a
conocer cuáles son las emociones que te provocas las distintas situaciones las
que te enfrentas, tanto si estás en el trabajo cómo en tú vida personal.
Sobre todo lo que he aprendido con la Inteligencia
emocional es a reconocer mis estados de ánimo, cuándo me siento triste, baja de
ánimos intento hacer cosas para salir de esa espiral , me pongo a escuchar El
Barrio o me voy a dar un paseo a “mi árbol” del Parque de la Paloma o llamo,
qué es lo que normalmente hago a mi madre para andar un poco por la tarde y de
paso nos tomamos algo. Así salgo de la tristeza y la apatía cuándo me ataca.
Por el contrario también he aprendido a detectar
cuándo me va a dar una crisis psicótica así que si la detecto con tiempo y
puedo me tomo la medicación y la crisis es más leve … pero por norma general
suelo entrar en crisis antes y suelen ser fuertes así que entro en ella
rápidamente.
6. LAS PERSONAS EMOCIONALMENTE INTELIGENTES .
CUALIDADES.
Sería interesante que las persones
que tenemos algún tipo de trastorno mental o incluso personas con baja
autoestima, inseguras… etc. Investigaran
sobre la Inteligencia Emocional y su repercusión en el comportamiento.
Cada
persona es un mundo y presenta una personalidad y unos valores diferentes a los
de los demás. No obstante, y aunque cada persona sea diferente, vamos a ver
algunas características de conducta y personalidad que según la psicóloga y
coach experta en emociones, Ana Vico, diferencian a las personas que son
emocionalmente inteligentes.
-
Reconocen sus sentimientos y los de los
demás. Tienen un amplio vocabulario emocional, y reconocen sus sentimientos
reales. Además, son personas con empatía, factor que les ayuda a ponerse en el
lugar de los demás para saber cómo se
sienten en realidad. Además, conocen muy bien el lenguaje no verbal de las
emociones, hecho que les ayuda a conocer las emociones y sentimientos de las
personas que están a su alrededor.
-
Expresan correctamente sus emociones y
sentimientos. Expresan sus sentimientos y emociones de manera honesta
consigo mismos y con los demás. No acostumbran a callarse sus emociones, ya que
las escuchan y conocen qué significa cada emoción en cada contexto. Además,
tienen la capacidad de regular la intensidad de sus emociones, con el fin de
expresarlas de manera justa.
- Son
fuertes y no se ofenden con facilidad. Las personas emocionalmente
inteligentes se diferencian del resto por tener una personalidad firme y no
tomarse demasiado a pecho los comentarios ajenos, ya que tienen confianza en
ellos mismos. Saben diferenciar entre hechos y opiniones, entre las críticas
constructivas y las que solo buscan hundirlos, y saben alejarse de los
comentarios negativos y despectivos hacia su persona. Reaccionan a los ataques
de manera racional.
-
Reconocen sus equivocaciones. Todos nos equivocamos, y estos errores forman
parte de nuestro proceso de aprendizaje. Aquí, las personas con inteligencia
emocional aprenden de sus errores, y no se sienten víctimas cada vez que se
equivocan, sino que intentan quedarse con lo bueno que les pueda aportar cada equivocación.
Además, se caracterizan por ser capaces de pedir perdón cuando se equivocan, y
saben perdonar. De un fallo o una mala situación, sacan siempre algo bueno.
-
No buscan la perfección. Buscan
hacer las cosas bien, pero saben que es casi imposible que algo salga perfecto
a la primera. Por eso no les asusta equivocarse y tener que repetir las cosas,
ya que cada fallo supone para ellos una opción para volver a intentarlo y ser
mejores.
- Se
cuidan y saben lo importante que es la salud. Saben qué es mejor para
ellos, y no dudan en hacerlo. Se cuida durmiendo lo suficiente, haciendo
deporte, comiendo bien y manteniendo relaciones sanas, alejándose de los
problemas. Su meta es lograr el bienestar, tanto a nivel físico como psíquico.
Se enfocan en lo positivo. Las
personas emocionalmente inteligentes evitan centrarse demasiado tiempo en lo
negativo, ya que prefieren centrarse en la parte positiva aun cuando tienen
problemas o están atravesando una situación mala. Para ellos, toda situación
crítica supone una oportunidad para mejorar, de modo que no les asustan los
cambios y están siempre dispuestos a resolver los problemas de la mejor manera
posible.
- Evitan las personas tóxicas. Las
personas emocionalmente inteligentes se rodean siempre de gente alegre y con
buenas vibraciones. Suelen relacionarse con personas soñadoras, optimistas y
que desprenden energía positiva. Esto provoca que vean el mundo desde una
perspectiva más sana, favoreciendo la creatividad.
-
Defienden su asertividad. No tienen
miedo a decir “no”. Señal ésta de que la persona tiene una fuerte inteligencia
emocional. Se trata de personas que ponen límites cuando es necesario y
defienden sus valores e ideales ante todo. Dicen aquello que sienten y quieren,
respetando sus derechos y los de los demás.
- Aprecian
y valoran lo que tienen. No se centran en lo que les falta, sino que
valoran lo que tienen y lo bien que están. Las personas emocionalmente
inteligentes tienen a valorar positivamente su vida, sus relaciones, su trabajo
y su estatus, aunque no sea el que ellos esperaban tener. No se sienten
frustrados por lo que todavía no tienen, sino que se centran en vivir la vida y
en seguir aprendiendo y avanzando para conseguir sus metas.
-
No se quedan anclados en el pasado.
Son personas que viven el presente, y no dedican demasiado tiempo a revivir
etapas del pasado, ya sea positiva o negativa, o a planificar el futuro. Esta
actitud provoca que sufran menos ansiedad y estrés. Son conscientes que cuando
acaban una etapa empiezan otra, y no se lamentan por lo que pudo haber sido y
no fue.
-
Conocen sus debilidades y fortalezas. Las personas con alta inteligencia
emocional conocen muy bien sus virtudes y fortalezas, pero también sus
debilidades. Intentan mejorar cada día y no les asusta no ser buenos en algo
cuando van a por sus sueños. Se conocen muy bien, y saben cómo suplir sus
carencias.
-
No temen al cambio. Son conscientes
de que el cambio forma parte de la vida y supone una oportunidad más para
aprender y crecer. Aceptan la incertidumbre, ya que son conscientes de que
algunas cosas no pueden controlarse.
- Son personas proactivas, no
reactivas. Se marcan metas y objetivos, y se mueven antes de que la situación
lo exija. Proponen planes y estrategias, tienen una mentalidad y actitud de
éxito y actúan en pos de sus objetivos. No esperan a que ocurra algo para
reaccionar, sino que están constantemente en movimiento, dibujando ellos mismos
su vida.
-
Son dueños de su tiempo y deciden en qué
emplean sus energías. Tiene la
capacidad de gestionar muy bien el tiempo que dedican al trabajo, al ocio, al
estudio y al relax. Se establecen horarios y planifican sus tareas, y no les
importa cancelar sus planes para hacer algo prioritario. Emplean su tiempo y
energías a hacer algo que realmente les llena y a compartirlo con las personas
importantes para ellas y su bienestar.
-
Saben autogenerarse momentos de
felicidad. La felicidad es una forma de ver la vida. Es por ello que las
personas emocionalmente inteligentes saben autogenerarse emociones positivas
que les sirven como potenciadoras de situaciones muy buenas. Conocen muy bien
sus emociones, y las pueden manejar a su gusto, generando así emociones
agradables que les ayuden en su día a día.
Vemos
como todos estos hábitos, conductas y rasgos de carácter y personalidad se
pueden ir trabajando día a día con el fin de conseguir ser personas
emocionalmente inteligentes.
La
clave está en cambiar los pensamientos negativos por pensamientos positivos, en
no temer al cambio y en aceptar que no somos superhéroes capaces de hacerlo
todo y hacerlo bien. No obstante, se trata de un largo proceso de aprendizaje,
ya que una persona no puede convertirse en emocionalmente inteligente de un día
para otro.
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