miércoles, 23 de marzo de 2022

Inteligencia Emocional

 





LAS EMOCIONES Y LOS TRASTORNOS MENTALES. INTELIGENCIA EMOCIONAL.

 

·       Y siempre una cosa que me ayuda en mis crisis es PENSAR QUE YO NO SOY MIS EMOCIONES, yo no soy el monstruo que estoy pensando, yo no soy mala, yo no quiero hacer lo que dicen mis emociones… eso me ayuda mucho, no identificarme con ellas, con los pensamientos que te producen estas crisis horribles.

Ahora y aprovechando esta técnica que yo utilizo para mis crisis repetir a modo de mantras YO NO SOY MIS EMOCIONES, voy a hablar un poco en lo que me ha ayudado a mí la Inteligencia Emocional:

1.  Primero definir qué es la Inteligencia Emocional: es la capacidad que tenemos de gestionar, comprender o manejar nuestras propias emociones. Lo que ayuda a tener mejor calidad de vida  y mejor calidad en las relaciones que tenemos.

Daniel Goleman. Según éste, “la inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental. Estas características configuran rasgos de carácter tales como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.

 

 

 

 

 

 

EMOCIÓN MÁS PENSAMIENTO IGUAL SENTIMIENTO

(resultados)

 

SENTIMIENTO DIFERENTE DE EMOCIÓN

 

 

 

 

Las emociones tienen una intensidad mayor que los sentimientos. ... Por tanto, la principal diferencia entre emoción y sentimiento es su duración, su intensidad, mucho más corta y más intensa en el caso de la emoción, y que esta última, es una reacción automática de nuestro cuerpo.

 

 

 

“Llevar la razón, o por el contrario, ser feliz, sólo está en tu mano.”

Tendríamos que mirar un poco también las Teorías de Inteligencia Múltiples de Howar Garned.

 

2.  Claves para desarrollar la Inteligencia Emocional:

Autoconciencia

Consciencia

Autoanálisis

Autocontrol

Empatía

Automotivación

 

La Inteligencia Emocional nos ayuda a controlar mejor nuestro estado de ánimo, a salir más rápidamente de las espirales destructivas, a mejorar nuestra relación con nosotros mismos, y por tanto con los demás. Bien trabajada, nos permitirá ver las cosas de forma más positiva y sobre todo no hay que olvidad que las personas con una mayor capacidad de gestionar sus emociones tienen más oportunidades y más éxito tanto a nivel personal como profesional.

 

3. Existen cuatro emociones básicas:

Enfado

Miedo

Alegría

Tristeza

 

 

 

La verdadera Inteligencia Emocional requiere que identifiques  y entiendas tus propios estados de ánimo. Implica reconocer cuándo y por qué estás enfadado, nervioso o triste, y actuar sobre las causas y no sólo los síntomas.

 

En aquellas ocasiones en las que te diriges hacia un estado emocional negativo te pueden servir estas técnicas para detener o frenar la reacción:

·       Intenta recordar tus virtudes y éxitos.

·       Distrae tú atención hacia un asunto concreto.

·       Piensa en tu futuro más inmediato.

·       Escribe un diario de tus emociones.

·       Tómate un respiro para recuperar el autocontrol

·       Cuándo todo falle, busca un espejó: mírate y repite TÚ PUEDES

·       Y lo más importante encuentra el motivo de tus emociones.

·       ……

 

4. ¿Cómo se desarrolla la Inteligencia Emocional?

El primer paso para desarrollar la Inteligencia Emocional es aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos para luego comprender de dónde provienen y poder controlarlos.

Además la Inteligencia Emocional también implica saber relacionarse con los demás, fundamentalmente a través de la empatía.

El camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia cada paso, por pequeño que sea te acerca a la meta.

 

LO VAS A CONSEGUIR ÁNIMO

 

Reconocer nuestros sentimientos es el primer paso  para nuestro bienestar  y felicidad.

Sólo reconociéndolas, podemos controlarlas, manejarlas y    solucionar la situación que los está provocando:

IDENTIFICA TUS EMOCIONES

PARA QUE NO TE MANEJEN

 

 

5. ¿Cómo gestionar la Inteligencia Emocional?

Ser inteligente emocionalmente significa vivir siendo consciente de tus emociones entenderlas, aceptarlas y saber qué me están diciendo para saber cómo manejarlas  en cada momento.

Cuanto más conscientes seamos de nuestro cuerpo, de nuestros pensamientos, de las emociones que nos generan esos pensamientos y de cómo eso nos influye en nuestro cuerpo, en nuestro carácter, en nuestras relaciones con nosotros mismos, en nuestra autoestima, mejor sabremos qué darnos exactamente y cuándo, para gestionar de la mejor forma todo ello.

 

El primer paso para aprender a controlar y gestionar tus emociones es CONOCERLAS:

Dedícale el tiempo que necesites a identificarlas y a conocer cuáles son las emociones que te provocas las distintas situaciones las que te enfrentas, tanto si estás en el trabajo cómo en tú vida personal.

 

Sobre todo lo que he aprendido con la Inteligencia emocional es a reconocer mis estados de ánimo, cuándo me siento triste, baja de ánimos intento hacer cosas para salir de esa espiral , me pongo a escuchar El Barrio o me voy a dar un paseo a “mi árbol” del Parque de la Paloma o llamo, qué es lo que normalmente hago a mi madre para andar un poco por la tarde y de paso nos tomamos algo. Así salgo de la tristeza y la apatía cuándo me ataca.

Por el contrario también he aprendido a detectar cuándo me va a dar una crisis psicótica así que si la detecto con tiempo y puedo me tomo la medicación y la crisis es más leve … pero por norma general suelo entrar en crisis antes y suelen ser fuertes así que entro en ella rápidamente.

 

 

 

 

6. LAS PERSONAS EMOCIONALMENTE INTELIGENTES . CUALIDADES.

Sería interesante que las persones que tenemos algún tipo de trastorno mental o incluso personas con baja autoestima, inseguras… etc.  Investigaran sobre la Inteligencia Emocional y su repercusión en el comportamiento.

Cada persona es un mundo y presenta una personalidad y unos valores diferentes a los de los demás. No obstante, y aunque cada persona sea diferente, vamos a ver algunas características de conducta y personalidad que según la psicóloga y coach experta en emociones, Ana Vico, diferencian a las personas que son emocionalmente inteligentes.

- Reconocen sus sentimientos y los de los demás. Tienen un amplio vocabulario emocional, y reconocen sus sentimientos reales. Además, son personas con empatía, factor que les ayuda a ponerse en el lugar de los demás para saber  cómo se sienten en realidad. Además, conocen muy bien el lenguaje no verbal de las emociones, hecho que les ayuda a conocer las emociones y sentimientos de las personas que están a su alrededor.

- Expresan correctamente sus emociones y sentimientos. Expresan sus sentimientos y emociones de manera honesta consigo mismos y con los demás. No acostumbran a callarse sus emociones, ya que las escuchan y conocen qué significa cada emoción en cada contexto. Además, tienen la capacidad de regular la intensidad de sus emociones, con el fin de expresarlas de manera justa.

 - Son fuertes y no se ofenden con facilidad. Las personas emocionalmente inteligentes se diferencian del resto por tener una personalidad firme y no tomarse demasiado a pecho los comentarios ajenos, ya que tienen confianza en ellos mismos. Saben diferenciar entre hechos y opiniones, entre las críticas constructivas y las que solo buscan hundirlos, y saben alejarse de los comentarios negativos y despectivos hacia su persona. Reaccionan a los ataques de manera racional.

 - Reconocen sus equivocaciones. Todos nos equivocamos, y estos errores forman parte de nuestro proceso de aprendizaje. Aquí, las personas con inteligencia emocional aprenden de sus errores, y no se sienten víctimas cada vez que se equivocan, sino que intentan quedarse con lo bueno que les pueda aportar cada equivocación. Además, se caracterizan por ser capaces de pedir perdón cuando se equivocan, y saben perdonar. De un fallo o una mala situación, sacan siempre algo bueno.

- No buscan la perfección. Buscan hacer las cosas bien, pero saben que es casi imposible que algo salga perfecto a la primera. Por eso no les asusta equivocarse y tener que repetir las cosas, ya que cada fallo supone para ellos una opción para volver a intentarlo y ser mejores.

 - Se cuidan y saben lo importante que es la salud. Saben qué es mejor para ellos, y no dudan en hacerlo. Se cuida durmiendo lo suficiente, haciendo deporte, comiendo bien y manteniendo relaciones sanas, alejándose de los problemas. Su meta es lograr el bienestar, tanto a nivel físico como psíquico.

Se enfocan en lo positivo. Las personas emocionalmente inteligentes evitan centrarse demasiado tiempo en lo negativo, ya que prefieren centrarse en la parte positiva aun cuando tienen problemas o están atravesando una situación mala. Para ellos, toda situación crítica supone una oportunidad para mejorar, de modo que no les asustan los cambios y están siempre dispuestos a resolver los problemas de la mejor manera posible.

- Evitan las personas tóxicas. Las personas emocionalmente inteligentes se rodean siempre de gente alegre y con buenas vibraciones. Suelen relacionarse con personas soñadoras, optimistas y que desprenden energía positiva. Esto provoca que vean el mundo desde una perspectiva más sana, favoreciendo la creatividad.

- Defienden su asertividad. No tienen miedo a decir “no”. Señal ésta de que la persona tiene una fuerte inteligencia emocional. Se trata de personas que ponen límites cuando es necesario y defienden sus valores e ideales ante todo. Dicen aquello que sienten y quieren, respetando sus derechos y los de los demás.

 - Aprecian y valoran lo que tienen. No se centran en lo que les falta, sino que valoran lo que tienen y lo bien que están. Las personas emocionalmente inteligentes tienen a valorar positivamente su vida, sus relaciones, su trabajo y su estatus, aunque no sea el que ellos esperaban tener. No se sienten frustrados por lo que todavía no tienen, sino que se centran en vivir la vida y en seguir aprendiendo y avanzando para conseguir sus metas.

- No se quedan anclados en el pasado. Son personas que viven el presente, y no dedican demasiado tiempo a revivir etapas del pasado, ya sea positiva o negativa, o a planificar el futuro. Esta actitud provoca que sufran menos ansiedad y estrés. Son conscientes que cuando acaban una etapa empiezan otra, y no se lamentan por lo que pudo haber sido y no fue.

 - Conocen sus debilidades y fortalezas. Las personas con alta inteligencia emocional conocen muy bien sus virtudes y fortalezas, pero también sus debilidades. Intentan mejorar cada día y no les asusta no ser buenos en algo cuando van a por sus sueños. Se conocen muy bien, y saben cómo suplir sus carencias.

- No temen al cambio. Son conscientes de que el cambio forma parte de la vida y supone una oportunidad más para aprender y crecer. Aceptan la incertidumbre, ya que son conscientes de que algunas cosas no pueden controlarse.

- Son personas proactivas, no reactivas. Se marcan metas y objetivos, y se mueven antes de que la situación lo exija. Proponen planes y estrategias, tienen una mentalidad y actitud de éxito y actúan en pos de sus objetivos. No esperan a que ocurra algo para reaccionar, sino que están constantemente en movimiento, dibujando ellos mismos su vida.

- Son dueños de su tiempo y deciden en qué emplean sus energías. Tiene la capacidad de gestionar muy bien el tiempo que dedican al trabajo, al ocio, al estudio y al relax. Se establecen horarios y planifican sus tareas, y no les importa cancelar sus planes para hacer algo prioritario. Emplean su tiempo y energías a hacer algo que realmente les llena y a compartirlo con las personas importantes para ellas y su bienestar.

- Saben autogenerarse momentos de felicidad. La felicidad es una forma de ver la vida. Es por ello que las personas emocionalmente inteligentes saben autogenerarse emociones positivas que les sirven como potenciadoras de situaciones muy buenas. Conocen muy bien sus emociones, y las pueden manejar a su gusto, generando así emociones agradables que les ayuden en su día a día.

Vemos como todos estos hábitos, conductas y rasgos de carácter y personalidad se pueden ir trabajando día a día con el fin de conseguir ser personas emocionalmente inteligentes.

 

 

 

 

La clave está en cambiar los pensamientos negativos por pensamientos positivos, en no temer al cambio y en aceptar que no somos superhéroes capaces de hacerlo todo y hacerlo bien. No obstante, se trata de un largo proceso de aprendizaje, ya que una persona no puede convertirse en emocionalmente inteligente de un día para otro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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