domingo, 17 de abril de 2022

El arte sagrado de escuhar






 El arte sagrado de escuchar

 Nutriendo relaciones amorosas por Tara Brach
 Escuchar es inclinarse suavemente con la buena disposición de ser transformado por lo que uno escucha. – Mark Nepo – 

 ¿Qué ocurre cuando hay una presencia de escucha? Cuando estamos plenamente en esa presencia de escucha, con una calidad de pura receptividad, nos convertimos en la propia presencia.  

Ya sea que llames a esto Dios o pura conciencia, o nuestra verdadera naturaleza, el límite que separa lo interno y lo externo se disuelve y nos tornamos en un campo luminoso de presencia.
Cuando estamos en esta presencia abierta realmente podemos responder a la vida que se encuentra allí. Y nos enamoramos. Este estado de escucha es el precursor o el prerrequisito de relacionarse a través del amor. 

Cuanto más entiendas el estado de escucha – de ser capaz de sentir que los sonidos de la lluvia te lavan, de recibir el sonido y el tono de voz de otra persona – más sabrás sobre nutrir una relación a través del amor. 

En cierto modo, es una posición extremadamente vulnerable. En el momento en que paras de planear lo que vas a decir o manejar lo que la otra persona está diciendo, de repente ya no estás en control. Estás abierto a tu propia tristeza, a tu propia ira y molestia. 

Escuchar significa dejar el control. Hacer esto no es poca cosa. Cuando alguien está hablando, nos pasamos la mayoría del tiempo planeando lo que vamos a decir, evaluándolo, tratando de transmitir nuestras propias ideas, o controlando la situación. La escucha pura es un abandono del control. 

No es fácil y requiere práctica. Más aún, solo cuando podemos abandonar este acto de controlar es cuando nos abrimos a la verdadera pureza de amar. No podemos ver o comprender a alguien en los momentos en que tratamos de controlar lo que los demás están diciendo o cuando tratamos de impresionarlos con lo que nosotros queremos decir. No hay espacio para que esa persona solamente se desenvuelva y sea realmente quien es.
 
Escuchar y recibir incondicionalmente lo que la otra persona expresa, es una expresión de amor. La escucha pura es un abandono del control. No es fácil y requiere práctica. Más aún, solo cuando podemos abandonar este acto de controlar es cuando nos abrimos a la verdadera pureza de amar. 
No podemos ver o comprender a alguien en los momentos en que tratamos de controlar lo que los demás están diciendo o cuando tratamos de impresionarlos con lo que nosotros queremos decir. No hay espacio para que esa persona solamente se desenvuelva y sea realmente quien es. 

Escuchar y recibir incondicionalmente lo que la otra persona expresa, es una expresión de amor. ¿Acaso no es cierto que para conocer la belleza y majestad de un árbol tienes que estar callado y descansar bajo su sombra? ¿No tienes que estar debajo del árbol? 

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